Ibra para Lucas primero, Lucas para Ibra después. Con poco más que eso le ganó el París Saint-Germain FC al Shakhtar Donetsk en un partido que no sirvió de nada clasificatoriamente para ninguno de los dos y dio por finalizado el Grupo A. La clara victoria del Real Madrid sobre el Malmö (8-0) permitía al cuadro ucraniano meterse en los octavos de final sin necesidad de puntuar, lo que redujo el interés del encuentro, sobre todo tras el descanso, y ahí aparecieron los dos cracks locales para decidir.
Para dar descanso a Cavani y Di María, Laurent Blanc apostó por el brasileño en la derecha, Lavezzi en la izquierda y mantuvo a Zlatan Ibrahimovic en la punta del ataque. El sueco, moviéndose con libertad en su papel habitual rol de falso nueve, participó como siempre en cada jugada de ataque y fue el protagonista de las tres acciones decisivas del partido: asistió a Lucas Moura en el 1-0, salvó el empate bajo palos en un remate de Rakitskiy y poco después sentenció tras recibir un balón peinado por el propio Lucas.

Sin embargo, los de Mircea Lucescu no contaron esta vez con la inspiración de Alex Teixeira, que participó mucho pero no acertó en la definición, y echaron en falta una vez más la presencia de un delantero centro que intimide y finalice en el área lo que sus compañeros producen fuera de ella.
Con solo tres puntos y cinco derrotas en seis partidos, el Shakhtar se despidió de la Champions League pero recibió el consuelo de clasificar a la Europa League. A poco que mejoren, serán favoritos.