En la previa del partido ya explicamos que el “Tecatito” podía ser un jugador clave ante un equipo cerrado, lo que se esperaba de este Brujas. El problema es que su estado físico parecía indicar que no iba a estar listo para el partido, de hecho fue suplente y sólo cuando las alarmas se encendieron se atrevió Nuno a arriesgar con el mexicano. La apuesta le salió bien al técnico portugués y, ya sobre la hora, el extremo azteca recogió un balón en el pico del área, encaró a Claudemir y le “arrancó” un penalti al brasileño que puede ser clave en el grupo. Luego André Silva lo transformó -que luego hay que meterlos, dice el tópico- y dejaron de sonar las alarmas para Nuno.
Club Brujas 1 (Vossen 12′)
Porto 2 (Layún 68′, André Silva 92′)
Lo cierto es que el primer tiempo de los portugueses fue malo, sobre todo teniendo en cuenta el rival y sus credenciales hasta el momento. Es verdad que la defensa de 5 hombres de Preud’homme sorprendió un poco al principio pues los carrileros eran más extremos que puros defensores y la posesión de la pelota estuvo en discusión durante el tramo inicial. Aun así algo fallaba en la actitud del dos veces campeón de Europa. Prueba de ello fue el primer gol del partido: después de una jugada de Limbombe por la izquierda (uno de los dos carrileros que comentaba) la pelota le llegó a Vanaken, el disparo de este lo repelió la defensa pero volvió a caer en los pies de un belga, en este caso Jelle Vossen, que ante una pasividad asombrosa de la defensa visitante remachó, esta vez sí, la larga jugada para poner a su equipo por delante. Era el minuto 12 y no le sentó bien el gol al Oporto. La primera mitad fue un suceso de varios contragolpes locales que pudieron sentenciar el encuentro y de paso enterrar gran parte de las aspiraciones portuguesas de estar e octavos. Pero para desgracia de los del Jan Breydelstadion no fue así.

En la segunda mitad ya apareció un Brujas más conservador, que aparcó el vértigo y decidió que no era mala idea aguantar el resultado. Nuno se vio obligado a mover ficha y cambió trabajo por talento. Sacó a Herrera y Diogo Jota, muy apagados ayer, para dar entrada a Brahimi y Corona, este último sin estar a tope a nivel físico, demostrando que probablemente sea el jugador más importante del equipo hoy en día. Desde ese momento mejoró algo el Porto, pero fue una jugada algo aislada la que devolvió el empate al marcador: quedaban poco más de 20 minutos cuando una salida en transición portuguesa sorprendió a los belgas, aunque poco podían esperar estos que tras un repliegue aceptable, Miguel Layún lanzaría un “zapatazo” lejano para situar el 1-1. La bandera mexicana empezó a cubrir el partido. Justo entonces Preud’homme se dio cuenta que a efectos de clasificación el empate era muy malo igualmente y decidió arriesgar sacando un mediocentro como Tomás Pina para dar entrada a un jugador de perfil mucho más atacante como el ex de Defensor Sporting, Felipe Gedoz. Así se llegó hasta el descuento y a la jugada que decidió el partido. El Brujas sigue a cero, pero solo a cuatro puntos del segundo que es el Copenhague, con los mismos puntos que un Oporto que respira.