Santa Fe se proclamó campeón de la Copa Sudamericana 2015 después de una final tremendamente cerrada e igualada que se definió en los penaltis y tuvo a los postes y Robinson Zapata como protagonistas. El arquero colombiano detuvo el primero de la tanda a Bogado y cambió el ánimo de compañeros y aficionados, que hasta entonces parecieron asustados. Huracán, después de ser ligeramente superior durante los 120 minutos y transmitir más fe y personalidad en el descanso previo a los penales, se diluyó de golpe y entregó el título: Nervo y Toranzo también fallaron y solo Mancinelli acertó a marcar su lanzamiento.
De esta forma, el cuadro cardenal se hizo con el primer título continental de su historia, después de haber sido subcampeón de la Copa Merconorte y la Copa Conmebol en la década de los 90 y cerró así el brillante ciclo iniciado en 2011 con Wilson Gutiérrez en 2011 y finalizado ahora por Gerardo Pelusso tras el paso también de Gustavo Costas. Con los tres técnicos y un mismo núcleo de jugadores, Santa Fe se mostró como uno de los equipos más competitivos de Sudamérica y, tras brillar en la Libertadores, logró finalmente la gloria en la Sudamericana.
El capitán Omar Pérez levanta la Copa.
Fue una final gris, pues el trabajo de ambos técnicos en los últimos meses estuvo más centrado en el aspecto defensivo que ofensivo y eso provocó que las defensas anularan a los ataques y quedara poco espacio para la improvisación, pero el mérito de los dos equipos estuvo en el trayecto. Huracán se cargó a Tigre, Sport Recife, Defensor Sporting y River Plate. Santa Fe, ni más ni menos que a Nacional de Montevideo, Emelec, Independiente de Avellaneda y Sportivo Luqueño.
Mancinelli fue el mejor de Huracán.